Adoro las vacaciones, entre otras muchas cosas, porque puedo ir a
mi querido mar y disfrutar de él... Puedo sellar con él algunos pactos
que duran todo el año, besar su sal y ser besada por sus olas, dejarme
acariciar por sus aguas y acariciarlas yo, a mi manera... El mar y yo
somos amantes y cómplices...Así lo siento yo.
Tengo por costumbre practicar algunos rituales sencillos siempre
que voy: el motivo, no lo sé ni yo... Sencillamente me encanta, me
apetece, me lo pide el cuerpo, lo necesito...
Aparte de meterme de noche desnuda en el mar y tender mi cuerpo mojado en la arena después, como ya os conté en alguna página
de mi diario, me vuelve loca, por ejemplo, re-estrenar el mar haciendo
el amor en él, dejar que el agua inunde todos mis poros y me posea, al
tiempo que me embiste un cuerpo fuerte, cálido y velludo como el tuyo...
( Sí, soy rara, me apasionan los hombres con algo de vello en el
pecho...) Es como una múltiple penetración en el fondo, una forma de
relación sexual con la Naturaleza...
No hay comentarios:
Publicar un comentario