Me estoy preparando para verte.
Me
desnudo despacio, dejo caer la ropa al suelo mientras fantaseo con que
dentro de un rato serás tú quien me mire desnudarme. Mis pezones lo
saben, por eso asoman duros cuando cae el sujetador. Lo debe saber
también mi coño que ya empieza a humedecerse a juzgar por la humedad de
mi ropa interior al quitármela.
Entro
en la ducha. En mi mente se agolpan las imágenes de cómo será, de tu
boca buscando mi piel, de tus manos dibujando mis curvas.
Las
primeras gotas de agua sobre mi piel me erizan la piel. Porque fantaseo
con una ducha contigo después de un polvo sudoroso, salvaje, animal.
Extiendo
el gel por mi cuerpo, mis manos enjabonan cada rincón. Empiezo por las
piernas, voy subiendo hacia mi cintura, imagino que son tus manos las
que recorren mi piel suave.
Dedico tiempo a mis pezones ya que lo piden a gritos soñando con tu lengua.
Mis
manos bajan inevitablemente hacia mi coño, la humedad que se acumula
allí no tiene que ver con el agua de la ducha. Resisto la tentación de
tocarme, quiero que mi orgasmo sea contigo.
Cuando enjabono mis nalgas, imagino tus azotes sobre ellas.
Me aclaro. Dejo que el agua se extienda por mi piel.
Me visto. Me pongo el conjunto de ropa interior que te gusta.
Me echo una gotas de perfume.
Y
miro de nuevo el reloj, que creo que se ha parado porque no pasan los
minutos, mi impaciencia me hace tener la impresión de que no corre el
tiempo.
Quiero
que llegue ya el momento. Que tus manos me desnuden, tus ojos me
acaricien sin rozarme y tus labios se pierdan por los rincones más
secretos.
No puedo esperar
No hay comentarios:
Publicar un comentario