A las ardillas grises de Escocia se les administrará mediante una inyección un "agente de control de fertilidad", que prevendrá el aumento desmesurado de su número. El gobierno escocés acaba de aprobar esta medida. Esta "pildora" para ardillas ya ha sido testada en otros animales y viene avalada por investigaciones realizadas en Estados Unidos.

Este aumento de las ardillas grises ha conllevado el desplazamiento hasta niveles de casi extinción de otra ardilla, la roja, que convive con la anterior. Esta medida ayudará a restablecer el equilibrio entre estas dos especies de ardillas.

El método de administración será la captura mediante trampas humanas de las ardillas y posterior inoculación de este agente de control de fertilidad, el cual dejará al animal estéril durante años. Su mayor riesgo radica en que este agente pueda ser ingerido por otros animales, por ejemplo un animal que devore a una de las ardillas contraceptivas
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