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sábado, 14 de septiembre de 2013

TRAS EL ANTIFAZ

 ¿Qué es lo que impulsa a una chica de su status, de su prestancia, a tomar esa iniciativa?

 ¿Qué motivos influyeron?...
 ¿Por qué esa decisión?...la verdad es que Madeleine no tenía respuesta para esos interrogantes, el hecho es que cuando algo se le ponía en su cabeza, estaba decidida  y ya no iba a parar hasta hacerlo.
   La cita era para las 4 de la tarde, llegaba con tiempo al lugar, era una zona de los suburbios.
  Un barrio donde no acostumbraba a estar, debía ir con cuidado que no la reconociese ninguna de sus amistades.
 Aprovechó que iba con tiempo para entrar a un gran bazar, se perdió entre los pasillos mientras miraba gran cantidad de objetos, y, de entre ellos uno que le llamó la atención, una llamativa máscara con plumas de color granate, le gustó...siempre le habían dado morbo esas cosas, Venecia en carnaval… las máscaras, el anonimato....

Se dirigió al sitio convenido, una estrecha escalera que llevaba hasta una primera planta, flanqueó la puerta y  un fornido negro la saludo como esperándola.  La dirigió hacia una pequeña sala en la que se oía  música de fondo y enseguida se presentó la persona con la que había contactado.
Comenzó a explicarle un poco los detalles de la sesión, se trataba de hacer unas fotos algo ligeras de ropa…  sensuales, algo que  quería hacerle de regalo sorpresa a su marido. Le gustó mucho la idea de lo que le había explicado. Ya le excitaba la sola idea de ver la reacción de su hombre cuando viera esas fotografías.

La indicaron  una sala con poca luz donde poder cambiarse y ponerse la poca ropa que traía y comenzar hacer la sesión de fotos. Se colocó su ropa interior y una transparente gasa negra que dejaba entrever sus pezones....entró el fotógrafo un hombre de unos 50 años, de aspecto no muy agradable, desaliñado, Se saludaron y le dio algunas indicaciones  para que ella posara con más libertad y lograra el efecto deseado de aquella sesión....se sintió muy cómoda, el hecho de que el hombre fuese feo la ayudó a relajarse y mostrarse en posiciones que no había pensado que hiciese, ese hombre la sabía llevar y ella se desinhibió...por un momento le pareció que incluso le estaba excitando por la voluminosidad de los pantalones en ese sitio en concreto. Fue más de dos hora en que transcurrió sin más novedades, que un cambio más de ropa.
Una vez terminada la sesión, el fotógrafo se despidió correctamente y ella se quedó para volverse a vestir.

  Se quedó sola en la habitación, le dieron ganas de tocarse un poco...esa sesión la había excitado y más le excitaría saber que su marido disfrutaría de esas fotos, y, que posiblemente las enseñaría a sus compañeros de trabajo, diciéndoles mira qué buena está mi mujer...seguramente, alguno de ellos, terminaría en su casa masturbándose pensando en lo buena que estaba la mujer de su jefe....justo empezaba a calentarse pensando en esa situación, cuando llamaron a la puerta. Su reacción instintiva fue colocarse el antifaz, no sabía quién podía ser y que la reconociesen, como nadie respondió, entró el chico que limpiaba las habitaciones de fotografía.....ella estaba sentada, aguantando el antifaz con una mano y casi desnuda de cintura para arriba...el chico primero se asustó entre sorprendido y admirando esos senos que para ser una madurita no estaban nada mal...

-Disculpe, no sabía que.....
- No te preocupes ya me marchaba....

El chico llevaba un pantalón apretado y ella notó que su presencia le provocaba ciertos cambios físicos.
No hubieron más palabras, en cuanto él se acercó por donde estaba Madeleine está lo miró a los ojos, y sin decir palabra le acarició esa prominencia por encima del pantalón, llevaba el antifaz puesto aún y eso la excitaba y la incitaba a comportarse de esa manera compulsiva....empezó a acariciar ese supuesto miembro. Hasta que no aguantó más, desabrochó los pantalones y apareció una verga bastante aceptable como hacía tiempo que no veía.....desapareció dentro de su boca, entre mamadas, besos y lametones.
Estaba claro que ese chico se acordaría de la mujer del antifaz...cuanto más se la chupaba, más se excitaba, hasta el punto de no poder parar sabía que el muchacho se le vendría en pocos momentos pero no paró, siguió, siguió, siguió…Hasta que notó la excitación en el glande y como una avalancha de leche se mezclaba con su saliva. Se sintió muy puta...y, a la vez muy feliz.

Se marchó casi sin despedirse...en el suelo quedó un antifaz y en la habitación un aire de perversión de una madura, un antifaz y el chico que limpiaba.

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